A menos de dos kilómetros de Fonz, en un paseo de agradable entorno, se llega hasta la ermita de San José. Si bien el edificio no presenta ningún valor arquitectónico no puede decirse lo mismo de su enclave: ubicada en un alto, desde la ermita de San José el visitante contempla un interesante paisaje de colorido verdoso, ocre y marrón, recortado al fondo por una depresión presomontana que no es otra cosa que la zona de los Monegros. Desde aquí obtenemos una bella panorámica del río Cinca, así como la cara posterior de la villa.