La canalización del agua desde el manantial del Ojo la Fuente hasta la plaza permitía que durante su recorrido se utilizase para distintos cometidos. Uno de ellos fue fabricar hielo.
Entrada del Pozo Parte de esa agua se dejaba helar en balsas de poca profundidad, para, una vez que esto había sucedido, echar el hielo a un pozo conocido como Pozo del Chelo, construido en piedra, con un diámetro de 4 metros y 10 de altura. Allí el hielo se conservaba durante todo el año, y luego su transporte se realizaba mediante carros y arropado con paja.